viernes, 1 de diciembre de 2017

Intelesexual


No puedo evitar admirar y ansiar tus labios cuando hablas, ríes o lees; pero sobre todo cuando hablas sin mirarme con esa natural complicidad, pienso en tu coño y quisiera que no dejaras de hablar mientras te lo beso, lamo y hundo los dedos en él.
Que no calles ni cuando te corres agarrándome el pelo con fuerza.
Y es que para mí tocarte y follarte es tan coloquial como para ti hablar.
No dice mucho a favor de mi intelecto, con el tuyo basta.

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